¡Comienza el cole! Y también la elección de actividades extraescolares para los “peques” de la casa. Si entre estas mil posibilidades que ofertan en su colegio o centro cívico cercano, te planteas que tu hijo/a realice algún deporte, quizás te interesen estas líneas.

Tal y como comentamos en otro artículo, la realización de ejercicio físico conlleva a un bienestar psicológico muy importante. En el caso del deporte, estos beneficios psicológicos se incrementan o varían. ¿Por qué? Primero, veamos qué entendemos por deporte:

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“Actividad física donde la persona elabora y manifiesta un conjunto de movimientos o un control voluntario de los movimientos, aprovechando sus características individuales y/o en cooperación con otro/s, de manera que pueda competir consigo mismo, con el medio o contra otro/s tratando de superar sus propios límites, asumiendo que existen unas normas que deben respetarse en todo momento y que también, en determinadas circunstancias, puede valerse de algún tipo de material para practicarlo”.

Viendo la definición propuesta por Castejón (2001)* ¿Qué aspecto se potencia en el deporte?

deporte-esc-ciclismoPodríamos decir que a través del deporte se consigue un desarrollo psico-social: el aprendizaje de habilidades sociales que conllevarán al correcto desarrollo del menor o aspectos como la cooperación, asertividad en la petición de derechos, habilidades comunicativas, trabajo en equipo, empatía hacia los compañeros y “adversarios”, etc.

Además, al ser un juego reglado y con normas, se aprenden una serie de “cosas que se pueden hacer” y “cosas que no se pueden hacer”. Esto es clave puesto que somos personas que viven en una sociedad en la cual hay normas y límites necesarios para la correcta convivencia.

¿Y este desarrollo psico-social es más relevante en deportes de equipo?

No tiene porqué. La realización de deportes considerados “individuales” tienen una parte socializadora importante: Entrenamientos conjuntos, pruebas colectivas, objetivos grupales (clubes)…

Y tú, como padre o madre, ¿cómo puedes colaborar en esta formación deportiva?

  • Apoyándole en todas aquellas decisiones que tome. Recuerda que el deporte es ocio y, por tanto, es importante que el niño o la niña realice un deporte en el que se sienta seguro y apoyado, en el que los “logros deportivos” no tengan que ver sólo con resultados. La práctica deportiva puede incrementar la autoestima del niño o niña, siempre y cuando se refuerce las conductas de superación y esfuerzo, más que las de resultado.

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  • Animándole a explorar nuevos deportes. ¿Quién mejor que tú para enseñarle nuevos deportes? Aprender a ir en bici, a patinar, a tirar a canasta…son habilidades que puede aprender con los padres y madres en los espacios de tiempo libre.
  • Desde la grada puedes contribuir en la formación de valores a través del deporte. Recuerda que los “rivales” contra los que compite quizás sean compañeros de clase o de juego. El respeto a todas las figuras relacionadas con su deporte (entrenador/a, árbitros, rivales, padres y madres del equipo contrario o de los rivales) les enseñará que el deporte no es sólo competición.
  • Haciendo que se responsabilice de aquellos aspectos relacionados con su deporte. En gestos “tan simples” como que ellos mismos preparen su mochila de deporte les transmitimos confianza en ellos y les ayudamos a crecer personalmente. Quizás, al principio y en edades tempranas, es conveniente guiarles en la preparación de esta mochila, para que más adelante se consiga delegar poco a poco esa responsabilidad en ellos.

 


 

*Castejón, F. J. (2001). Iniciación deportiva. Aprendizaje y enseñanza. Madrid. Pila Teleña(edición electrónica)