Desde la Psicología del Deporte, se hace especial énfasis en la correcta formulación de aquellos objetivos que se plantee la persona que realiza ejercicio físico y/o deporte. El correcto establecimiento de éstos nos va a permitir saber en todo momento qué queremos conseguir, cómo lo queremos conseguir y cuándo deberíamos conseguirlo. Gracias a este conocimiento, podremos evaluar si estamos en el “camino correcto” o, por el contrario, sería necesaria una reformulación de objetivos (definirlos mejor, detallar más su temporalización, aproximarlos más a nuestras habilidades, etc.).

auge pulseras de actividad

Y en esta metodología se basan los dispositivos que miden la actividad física. Así, han conseguido que cualquier persona pueda conocer e incrementar su nivel de actividad física y/o ejercicio físico* de la manera más sencilla posible. Encontramos en el mercado diversos tipos según el tipo de información que queramos registrar: podómetros, smartwatch, pulseras de actividad física, apps para móvil/tablet, etc. Lo que tienen en común es que nos darán, en tiempo real, el tipo de actividad y duración de esta. Algunas incluso nos aportarán información de horas de sueño y descanso.

 

Toda esta información potenciará la conciencia del usuario en todos aquellos hábitos que componen el estilo de vida saludable. Con esto, cada persona podrá decidir si quiere aumentarlos o mantenerlos según sus objetivos y forma física.

De esta forma, la famosa meta de “este año quiero ser más activo” como objetivo general e impreciso, se puede plasmar en “caminar/correr 15 minutos más al día”  o “salir a pasear con un ritmo más acelerado”. Es decir, en aspectos más tangibles y por tanto, fáciles de reconocer y realizar. Todos estos pequeños gestos se irán sumando a la pauta de actividad física que nos hayamos marcado previamente de forma que frases como “no tengo tiempo de hacer ejercicio”, perderán su peso.

Pero toda esta metodología ya se había trabajado previamente desde el campo de la Psicología de la Actividad Física y de la Salud con gran éxito. Como ejemplo, podemos revisar el trabajo que se ha ido realizando en los últimos años desde las universidades españolas. En el estudio que aquí presentamos: “Evaluación de la conducta activa: el Registro Semanal de Actividad Física (RSAF)”, desarrollado por la Universitat Autònoma de Barcelona y la Universitat de les Illes Balears, realizan el registro de una “semana típica” de la persona.

Actividades categorizadas en RSAF

Actividades categorizadas en RSAF

 

En este, cada persona apunta el tipo de actividades realizadas cada día, en intervalos de quince minutos (estas actividades estarán categorizadas según su tipología y gasto energético: MET). Posteriormente, se realiza un promedio de gasto energético medio al día, resumen del total de actividades semanales, así como el análisis de otros componentes relacionados con la forma física.

Es decir, se basa en un proceso de análisis más laborioso que, a través del desarrollo de las nuevas tecnologías, ha permitido aplicarlo de forma sencilla y asequible a cada persona.

 


*La principal diferencia entre actividad física y ejercicio físico se encuentra en la programación y el fin de la misma. Así, una actividad física programada con el objetivo de mejorar o mantener algún componente de la aptitud física (caminar tantos kilómetros, correr, ir en bici según una ruta, ir en patines, etc.) pasaría a denominarse “ejercicio físico”. En cambio, caminar en los desplazamientos, subir escaleras en vez de usar ascensor, realizar tareas de jardinería, tareas del hogar, etc. Serían denominadas como “actividad física”.

Referencias: Parrado, E. Cervantes, J.C, Ocaña, M., Pintanel, M., Valero, M., Capdevila, L. (2009) Evaluación de la conducta activa: el Registro Semanal de Actividad Física (RSAF). Revista Psicología del Deporte18 (2), 197-216.